2012/01/18

El padre Ugalde se indigna ¡Con toda razón!

MARÍA DENISSE FANIANOS DE CAPRILES| EL UNIVERSAL

miércoles 18 de enero de 2012 12:00 AM

El pasado domingo se celebró el Día del Maestro. Hoy voy a referirme al artículo del padre Luis Ugalde: "Público o Privado", publicado el 12 de febrero en El Nacional. En éste él muestra indignación por la afirmación por parte del Presidente que el pago adeudado por el Estado a los educadores católicos no es responsabilidad suya, "porque esas son instituciones privadas".
Dice Ugalde que eso ha sido: "Una bofetada a quienes trabajaron todo el año en educación pública con niños de bajos ingresos. Me vinieron a la cabeza los vía crucis y triunfos desde su gestación de las cinco escuelas de la AVEC en la parte más alta de La Vega: la acción educadora del gobierno no llegaba y las instituciones católicas con esas comunidades pobres crearon escuelas para sus hijos, en parte financiadas con el dinero público... Elimine usted Sr. Presidente las escuelas Canaima, Andy Aparicio, El Encanto, la Olaso y Los Ángeles (todas de la AVEC, Asociación Venezolana de Educación Católica) y no queda ninguna escuela pública para los miles de niños y jóvenes que viven desde Las Casitas hasta Las Torres... La indignación me trajo a la memoria cómo Fe y Alegría acudió a Cariaco en la emergencia pública del terremoto y continúa allí su extraordinario aporte educativo, cómo respondieron los hermanos maristas al llamado del Ministerio para salvar la escuela granja de Santa Catalina (en el Delta) de las ruinas oficiales y convertirla en la escuela ejemplar que es hoy. En la periferia trabajan las escuelas de Carrasquero, Santa Elena de Uairén, Sinamaica y Ciudad Sucre, o las salesianas en la isla Ratón, La Salle en El Baúl, y cientos más. ¡Cómo es posible que se diga que eso no es público, que no hay obligación pública con esos niños, que sus padres paguen su escuela!
¿Cómo es posible, digo yo, que el Presidente no agradezca y reconozca el arduo trabajo de miles de maestros de la AVEC que están entregados, en alma y corazón (pasando miles de problemas, igual que todos los maestros venezolanos), a su vocación de educar a niños y jóvenes para que formen parte de una generación con excelente formación académica y valores cristianos?
Ugalde señala que: "... El Convenio entre el Ministerio de Educación y la AVEC se basa en el compromiso para juntos llevar la educación pública de calidad a los sectores pobres. Con ello, 2.000 centros e instalaciones (inversión de más de 10.000 millones de BsF), no estatales, se destinan a la educación pública, donde las familias y la sociedad colaboran (con millones en aportes nacionales e internacionales) en el funcionamiento, mantenimiento y mejoramiento, en sinergia con el Gobierno de turno. Las instalaciones no son del Estado, ni la gestión escolar del Gobierno, pero la educación es pública por su programa, título y supervisión... Mejor calidad, a mitad del costo estatal, con frutos públicos maravillosos. Las familias contribuyen con menos del 10% y la AVEC logra que el financiamiento estatal llegue con transparencia... Funcionarios honestos nos preguntan cómo Fe y Alegría o las franciscanas logran que los padres asuman la escuela como suya. Porque la sienten de ellos (no de funcionarios lejanos); mantenerla y cuidarla es parte de su aporte. Respuesta sencilla pero de aprendizaje difícil por la deformación estatista, con gobiernos que impiden y matan la solidaridad y la participación que predican".
Y pone en negritas: "¿No se amenaza de muerte a esa escuela cuando, en lugar de la felicitación presidencial navideña a sus educadores con el pago de fin de año y el aumento debido, se les dice: no reconozco su labor pública, porque ustedes, sus niños, familias y escuelas son privados?

Con toda razón el padre Ugalde muestra indignación. Y muchos sentimos lo mismo. ¿Hasta cuándo el gobierno va a despreciar el servicio eficiente y desinteresado de la Iglesia por los más desfavorecidos? Y pregunto: ¿Por qué será que las listas de espera en estas escuelas siempre es inmensa? Doy las gracias al padre Ugalde por tan excelente artículo, donde nos enseña una realidad que pocos conocen y muestra que en nuestro país hay mucha gente honesta trabajando, en silencio y sin descanso, por construir un país con bases sólidas. Felicito a todos y cada uno de los maestros venezolanos (que están dejando sus vidas en las aulas) porque su vocación es única y vital para el desarrollo de nuestra Patria ¡Eso ustedes lo saben! Felicito especialmente a los maestros de la AVEC ¡Sigan adelante que Venezuela cuenta con ustedes!
El artículo completo está en: http://www.cerpe.org.ve/noticias-lector-principal/items/96.html
mariadenissecapriles@gmail.com @VzlaEntrelineas

 

Y no solo el Padre Ugalde se indigna… la Venezuela verdadera se indigna ante estas estrafalarias palabras del jefe y sumo sacerdote de los socialistas nacionales. Nada es de extrañar viniendo del mejor socialista del país. La envidia no cree en propiedad privada ni en logros por méritos, pretende que todo el país se haga a su semejanza. No es de extrañar, así son ellos, aunque se disfracen y se maquillen. Así han sido, son, y así serán. Dios se apiade de estos nuestros  niños y no los convierta en los, ahora desaparecidos, niños de la calle.

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