2012/08/27

7710.- EL CORAZON PERFECTO

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Un día un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él  poseía el corazón más hermoso de toda la comarca.

Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en el ni máculas ni  rasguños.

Sí, coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto.  Al verse admirado el joven se sintió más orgulloso aún, y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar.

De pronto un anciano se acercó y dijo: "¿Porqué dice eso, si tu corazón no es ni tan, aproximadamente, tan hermoso como el mío?

Sorprendidos la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que,si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y éstos habían sido reemplazados por otros que no encastraban perfectamente en el lugar, pues se veían bordes y aristas  irregulares en su derredor.  Es más, había lugares con huecos, donde faltaban  trozos profundos.

La mirada de la gente se sobrecogió - "¿Cómo puede él decir que su corazón es  más hermoso?", pensaron ...

El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado, se echó a reír.  "Debes estar bromeando," dijo. "Compara tu corazón con el  mío... El mío es perfecto.  En cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y  dolor."

"Es cierto," dijo el anciano, "tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo... Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual   entregué todo mi amor.  Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a   cada uno de aquellos que he amado.  Muchos a su vez, me han obsequiado un   trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto.  Como las   piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque   al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido."

"Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio.  De ahí quedaron  los huecos - dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que esas heridas  me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y  alimentan la esperanza, que algún día -tal vez- regresen y llenen el vacío  que han dejado en mi corazón."

"¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?"

El joven permaneció en silencio, lágrimas corrían por sus mejillas.  Se  acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo  ofreció.

El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego a su vez arrancó un  trozo del suyo ya viejo y maltrecho y con él tapó la herida abierta del  joven.  La pieza se amoldó, pero no a la perfección.  Al no haber sido  idénticos los trozos, se notaban los bordes.

El joven miró su corazón que ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso  que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.

7709.- Saliente en preaviso

Artículo de Talcualdigital.com.

El trabajador ha defraudado al patrono, encima se cree dueño de la empresa. No admite la posibilidad de que se le sustituya. No se cae el mundo el 7O, sucede lo que pasa en cualquier relación de trabajo y más tratándose de un trabajo tan importante y delicado. Cuando el empleado no da la talla, no cumple lo que promete, no se atiene a la normativa de trabajo y la manipula a su capricho, el dueño del negocio, en este caso el pueblo, le da la oportunidad a otra persona. El que te conté va de salida

LAUREANO MÁRQUEZ

Como lo que es igual no es trampa, la misma Ley del Trabajo que él ha promulgado se le podría aplicar perfectamente, porque él es un trabajador, como cualquier otro, y el pueblo su patrono.

La Ley Orgánica del Trabajo es muy clara en cuanto a causas justificadas de despido:

Artículo 102. Serán causas justificadas de despido los siguientes hechos del trabajador:

a) Falta de probidad o conducta inmoral en el trabajo; (el trabajador ha dicho cosas en horario protegido bastante cuestionables, por la cuarta parte de lo que en cadena se ha dicho seguramente habría cerrado algún medio de comunicación).

b) Vías de hecho, salvo en legítima defensa; (la fuerza se ha empleado en contra de manifestantes, trabajadores, empleados públicos, trabajadores petroleros, medios de comunicación, jueces, periodistas y pare usted de contar...).

c) Injuria o falta grave al respeto y consideración debidos al patrono, a sus representantes o a los miembros de su familia que vivan con él; (el patrono también ha sido gravemente injuriado. Se le han dicho cosas como "fascista", "golpista", "escuálido", "majunche" y muchas otras calificaciones de un tenor más elevado, que por ser tan numerosas, no pueden ser enumeradas en su totalidad. Los representantes del patrono en la Asamblea también han recibido lo suyo. Los miembros de su familia ni se diga).

d) Hecho intencional o negligencia grave que afecte a la seguridad o higiene del trabajo; (aquí la enumeración de faltas sería también demasiado larga. La seguridad en Venezuela está gravemente afectada, comenzando con el derecho a la vida, a la salud, a la educación con las universidades sometidas a la asfixia financiera y continuando con la seguridad alimentaria que depende de las importaciones. El trabajador ha regalado material de trabajo perteneciente al patrono sin su consentimiento, en fin).

e) Omisiones o imprudencias que afecten gravemente a la seguridad o higiene del trabajo; (omisiones en materia de lucha contra el delito, mantenimiento de infraestructura, vialidad y en lo que respecta a la higiene del trabajo: la falta de pulcritud en eso que llaman la cosa pública hará historia).

f) Inasistencia injustificada al trabajo durante tres (3) días hábiles en el período de un (1) mes; (inasistencias las ha habido, suponemos que plenamente justificadas).

La enfermedad del trabajador se considerará causa justificada de inasistencia al trabajo. El trabajador deberá, siempre que no existan circunstancias que lo impidan, notificar al patrono la causa que lo imposibilite para asistir al trabajo (ni qué decir que las causas de las ausencias justificadas no han sido presentadas al patrono, al punto de que parte del patrono piensa que el trabajador nunca estuvo enfermo. Hermetismo total).

g) Perjuicio material causado intencionalmente o con negligencia grave en las máquinas, herramientas y útiles de trabajo, mobiliario de la empresa, materias primas o productos elaborados o en elaboración, plantaciones y otras pertenencias; (fallas en el sistema eléctrico, puentes caídos, empresas cerradas, obras sin concluir, makledes, expropiaciones, comida podrida, fuga de talento, etc., etc., etc.).

h) Revelación de secretos de manufactura, fabricación o procedimiento; (uno nunca sabe, como es secreto. Aunque en honor a la verdad, con este trabajador ha sido todo bastante secreto).

i) Falta grave a las obligaciones que impone la relación de trabajo; y j) Abandono del trabajo (las faltas graves saltan a la vista cuando todas aquellas cosas en contra de las cuales una vez insurgió, no han hecho sino agravarse. Con los mayores ingresos de nuestra historia, el país se cae a pedazos).

En definitiva, llega la hora de la evaluación, de discutir el contrato. El trabajador ha defraudado al patrono, encima se cree dueño de la empresa. No admite la posibilidad de que se le sustituya. No se cae el mundo el 7O, sucede lo que pasa en cualquier relación de trabajo y más tratándose de un trabajo tan importante y delicado. Cuando el empleado no da la talla, no cumple lo que promete, no se atiene a la normativa de trabajo y la manipula a su capricho, el dueño del negocio, en este caso el pueblo, le da la oportunidad a otra persona.

¿Por qué a algunos gobernantes les costará tanto entender que son nuestros empleados, que trabajan para nosotros, que pagamos su sueldo y sobre todo, que podemos rescindir el contrato con el colectivo cuando este se vence, en el papel y en el corazón?

7708.- Caen las caretas

Estas semanas han sido terribles para Venezuela en término de pérdidas de vidas humanas, en destrucción de activos de la nación y en merma de la calidad de vida de los ciudadanos.
Lo grave, gravísimo e inadmisible, es que en su mayoría todas estas tragedias, así como otras acontecidas en estos 14 años de involución bolivariana, podrían haberse evitado si las personas que dirigen, gerencian y administran al país hubiesen cumplido sus obligaciones y realizado sus trabajos con cabalidad, sin resquebrajamientos institucionales y sin cegueras revolucionarias.
Si quienes conforman el sistema de justicia, las autoridades penitenciarias y los cuerpos que resguardan las cárceles del país estuvieran capacitados para sus cargos, hubiesen actuado apegados a la Ley y a las normas internacionales de respeto a los derechos humanos, ejerciendo su autoridad sin corruptelas, sin permitir el pase de armas, sin promover impunidades y sin sumirse en lealtades automáticas, no se hubiera llegado a los extremos de violencia y derramamiento de sangre del penal de Yare y de la cárcel de Uribana. Esto sin nombrar las sangrientas revueltas casi cotidianas en el resto de los penales venezolanos.
Si el gobernante de turno le hubiera exigido a las autoridades de infraestructura, transporte y vialidad y de interior y justicia resultados concretos y rendición de cuentas de las obras viales construidas, o verificado la planificación y control de cargas de transporte, las lluvias no hubiesen causado los graves estragos registrados en cuanta calle, carretera, autopista y puente existe en el territorio nacional. Menos aún hubiese sido posible que una grúa de de 96 toneladas hubiese derrumbado el puente de Cúpira.
Si el Ejecutivo Nacional no hubiese desmembrado de talentos profesionales y técnicos a PDVSA, si hubiera invertido en mantenimiento y en capacitación del nuevo personal y si hubiese cumplido con las pautas de seguridad industrial y las paradas obligatorias para la supervisión de las instalaciones, la fuga de gas en Amuay, la refinería más grande del país, hubiera sido detectado a tiempo, evitando así las más de 40 víctimas fatales y el dolor de decenas de familias venezolanas por la pérdida de sus integrantes y de sus bienes y propiedades.
Esto por nombrar sólo tres hechos trágicos de los más recientes, sin contar otros como los diarios accidentes fatales de tránsito, la muerte de venezolanos por la carencia de atención médica a tiempo o de medicinas e instrumental, o las víctimas del hampa desatada que no han debido ocurrir si quienes gobiernan no distrajeran su tiempo en la construcción de un comunismo que nadie les ha pedido.
Igual de grave y de inadmisible es que el Gobierno se niega a reconocer el fracaso de su gestión, menos aún a admitir y asumir sus responsabilidades en estos hechos. Lo trágico es que al no hacerlo, no se corrigen los errores, no se castiga a los responsables y las historias vuelven a repetirse una y otra vez, con más muertes de venezolanos y más pérdidas de bienes de la nación.
La esperanza está en que ya a ese pueblo, que ayer creía ciegamente en las mentiras y manipulaciones de la realidad, va viendo el verdadero rostro tras las caretas de la revolución.

VenEconomía Opina, 27 de agosto de 2012