2012/12/02

7816.- INTERNET SIN LIBERTAD?

Buscan quitarnos la libertad digital

RICARDO TROTTI| EL UNIVERSAL

domingo 2 de diciembre de 2012 12:00 AM

Damos por sentado que navegar en Internet e interactuar en las redes sociales es un ejercicio normal de todos los días, libre y gratuito. Sin embargo, a partir de este lunes todo puede cambiar, cuando los gobiernos del mundo entero se reúnan en Dubai para discutir el futuro del ciberespacio.
Con la excusa de que se debe dotar de orden al caos del Internet, varios de los 175 estados que se reunirán del 3 al 14 de diciembre en la Conferencia Mundial de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), proponen que sean los gobiernos los que regulen el Internet, lo que derivaría en controles y excesos en contra del libre intercambio de información que hoy se experimenta.
Algunos gobiernos pretenden imponer tarifas de comunicación, al estilo servicio telefónico, por lo que los usuarios no solo pagarán por conexión, sino también por tiempo y descarga de contenidos. Aunque el pretexto es colectar dinero para ampliar redes de banda ancha, un servicio más costoso evitará que los más necesitados puedan acceder a él, ampliando la brecha digital y cultural entre ciudadanos y países, ricos y pobres, que Internet está ayudando a disipar.
No es casualidad que estas propuestas sean de gobiernos que ya tienen por costumbre bloquear y censurar Internet, así como encarcelar a blogueros e internautas, como el caso de Cuba, Irán, China y Rusia, los peores países en la reciente clasificación mundial sobre libertad en Internet del Freedom House.
Pese a que estos países justifiquen que las regulaciones servirán para castigar ciberataques, pornografía infantil o piratería aspectos ya contemplados en las leyes regulares los nuevos controles buscarán limitar que Internet sea un espacio democrático, diverso y plural, de probada eficacia. Hubiera sido difícil para los disidentes cubanos burlar la censura oficial sin blogs; a los musulmanes crear la Primavera Árabe sin Twitter, a los argentinos auto convocarse en cacerolazos sin Facebook o a los chinos exponer actos de corrupción sin sus filmaciones con teléfonos móviles inteligentes.
Estos países y, lamentablemente, los democráticos Brasil e India, en un grupo que destacan árabes y africanos, insistirán en que Internet debe ser regulado por las Naciones Unidas (ONU), desconociendo que Internet ha crecido y se ha expandido y con ello globalizó la economía y la cultura mundial- porque es ajeno a los gobiernos y está en manos de organizaciones no gubernamentales y privadas.
Pero no será fácil para esos gobiernos imponer condiciones. Muchos países latinoamericanos y europeos, entre ellos la pequeña Estonia donde los ciudadanos pueden votar en línea, acceder al historial médico y a las tareas escolares de sus hijos- quieren que Internet mantenga su status quo, sin límites ni prohibiciones. Además, la delegación de EEUU tiene de su Congreso un mandato preciso para Dubai: el ciberespacio debe ser de acceso libre y gratuito, tal como fue creado, y debe permanecer "estable, seguro y libre del control gubernamental".
Se trata de una posición destacada, siendo el país inventor de Internet y al que muchas veces éste le ha jugado malas pasadas por lo que tendría excusas suficientes para censurarlo. EEUU es el país que más recibe ciberataques contra sus instalaciones militares, de inteligencia y empresas privadas; su servicio diplomático fue avergonzado por millones de documentos confidenciales que fueron expuestos por Wikileaks y miles de fotos y videos también revelaron que sus soldados torturaron en cárceles clandestinas.
Si en la reunión de Dubai se adoptan regulaciones, se tratará de una de las mayores contradicciones de la historia. Es que la ONU, ente madre de la UIT, promueve achicar la brecha digital entre pobres y ricos mediante un Internet libre y gratuito, pregonando que el derecho de conexión y de banda ancha es tan importante como el derecho a los alimentos, al agua y a la justicia.
Bajo esos preceptos, más que regular, los gobiernos deberían promover que el Internet llegue a las dos terceras partes del mundo que todavía no lo tienen y garantizar la libertad de expresión por cualquier medio y sin limitaciones de fronteras, como les demanda la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
trottiart@gmail.com

7815.- El General del Museo

Descontento militar

FERNANDO OCHOA ANTICH| EL UNIVERSAL

domingo 2 de diciembre de 2012 12:00 AM

En los cuadros de la Fuerza Armada existe un creciente descontento. Es imposible ocultar esta verdad. Los recientes accidentes aéreos ocurridos en Maracay ratificaron públicamente lo que era, desde hace algunos meses, un permanente rumor: la Fuerza Armada se encuentra en tal grado de deterioro que no es capaz de cumplir sus obligaciones con la debida eficiencia. No hay exageración en mi planteamiento. Hace unos días conversé con un teniente coronel de la Aviación que recién había solicitado su baja. Sorprendido de su decisión, le pregunté sobre las causas que lo habían inducido a tomarla. Su respuesta fue terminante: "mi general, yo tengo familia. No quiero morir en un accidente. No hay suficiente entrenamiento y el mantenimiento prácticamente no existe".
Estos hechos se originan en una equivocada política militar, planteada en la Reforma Constitucional propuesta por Hugo Chávez y rechazada por los venezolanos el 2 de diciembre de 2007. La redacción que allí se hizo del artículo 328 muestra la intención de destruir el sentido institucional de la Fuerza Armada preservado en la Constitución de 1999. Al modificar la parte del artículo 328: "la Fuerza Armada, en el cumplimiento de sus funciones, está al servicio de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna" por la frase: "en el cumplimiento de sus funciones estará siempre al servicio del pueblo venezolano, en defensa de sus sagrados intereses y en ningún caso al de oligarquía alguna o poder imperial extranjero" muestra que la finalidad de Hugo Chávez es subordinar a la Fuerza Armada a un partido político.
Si Hugo Chávez hubiese respetado la voluntad popular no hubiera habido problema, pero su ambición de poder lo llevó a violar la Constitución de 1999 y aprobar dos reformas a la Lay Orgánica de la Fuerza Armada que buscan alcanzar los mismos objetivos de la Reforma Constitucional: las reformas del 31 de julio de 2008 y del 2 de febrero de 2010. De manera particular, en esta última se establecieron normas que debilitan totalmente el sentido profesional de la Fuerza Armada al centralizar el mando en el Comando Estratégico Operacional y en el Comando de la Milicia debilitando los comandos de Fuerzas. Al mismo tiempo, para lograr la maximización del Momento Político Revolucionario, se ratificó la creación de la Milicia Bolivariana y del oficial de milicias.
Esta maximización del Momento Político Revolucionario ha debilitado a tal nivel la capacidad operativa de la Fuerza Armada, que no ha sido capaz de cumplir con eficiencia sus obligaciones militares: rechazar la presencia de la guerrilla colombiana en nuestro territorio; impedir la existencia de organizaciones guerrilleras venezolanas, tanto rurales como urbanas; no desplegar eficientemente unidades navales y aéreas en las operaciones combinadas realizadas con la flota rusa en su viaje por el Caribe y un preocupante incremento del porcentaje de accidentes en el empleo del material de guerra de origen ruso y chino. Este debilitamiento del profesionalismo militar se manifiesta en aspectos doctrinarios, operativos y administrativos.
Para colmo, durante el acto de celebración de los veinte años del 27 de noviembre, en medio de los accidentes aéreos, el almirante Diego Molero Bellavia, ministro de la Defensa, terminó la lectura del discurso de Hugo Chávez con una arenga en la cual afirmó que la Fuerza Armada era socialista. Un día antes, en la Asamblea Nacional, el contraalmirante José Luis Castro, incumpliendo sus deberes militares, mantuvo que la Fuerza Armada era socialista y revolucionaria. Estos inaceptables planteamientos, muestran que la única manera de tener porvenir en la Fuerza Armada y alcanzar los ascensos y cargos que le corresponden por sus méritos profesionales es manteniendo un compromiso ideológico con el chavismo. Esa es la causa del descontento militar.
Las grandes rupturas históricas venezolanas han ocurrido al coincidir un creciente descontento militar y una crisis política. Así ocurrió el 18 de octubre de 1945, el 24 de noviembre de 1948 y el 23 de enero de 1958. La innegable ilegitimidad de la elección presidencial, las graves interrogantes que surgen sobre el estado de salud de Hugo Chávez y el creciente descontento militar muestran delicados signos de una profunda crisis nacional. Es imprescindible que se comience a reflexionar sobre esta realidad. Se requiere con urgencia alcanzar un acuerdo político que le encuentre una solución constitucional a esta gran verdad: Hugo Chávez no puede seguir ejerciendo la presidencia de la República. Su grave estado de salud se lo impide.
fochoaantich@gmail.com

Transcrito tal cual aparece en El Universal… después vendrán los comentarios…