2013/01/23

7851.- Me da la impresión…

Es un hecho que nuestro “enfermo” le es muy útil en esa condición a muchas personas. Si estuviésemos investigando los por que de las cosas tendríamos muchos sospechosos para acusarles de rapto. El motivo esta mas que claro: si está en esa condición y no se resuelve la situación, los negocios que tenemos en conjunto, que se basan en su presencia, seguirán, o al menos no tendrán el desenlace que tendrían si el enfermo llegase a faltar, puesto que a su falta se iniciaría el cobro del producto de esas negociaciones pendientes.

Es un hecho que nuestro “enfermo” ha demostrado con su proceso curativo que, a los ojos de algunos,  no tenemos un sistema de salud estatal confiable pues aunque los de a pie nos tratamos en el sistema privado y nacemos, vivimos y morimos de acuerdo a buenos standards, al menos dentro de lo internacionalmente normal, a nuestro enfermo lo hemos enviado a un sitio que no brilla precisamente por sus standards. En el periodo de la enfermedad, connotados connacionales han sufrido de la misma hipotética enfermedad y han salido del paso dentro de lo que cabe esperarse. El Hospital Padre Machado, otrora bandera en el país, ha sufrido la ignominia de verse opacado y puesto en vergüenza por “no ser suficientemente bueno” para tratar al enfermo. Los médicos de esa especialidad, sin importar su ralea política han sufrido los embates del oficialismo y lo menos que han sufrido es la condena al ostracismo porque no es posible que ellos estén en contradicción con las “eminencias” que se le han buscado al paciente.

Es un hecho que tenemos deudores, nunca tantos como en estas fechas… y también es un hecho que no están en condiciones de cancelar las deudas que mantienen con nosotros, las económicas absolutas, y las morales por lo que no se les da en préstamo sino que se les  regala en aras del apoyo a futuras situaciones, esa ayuda que no se audita ni allá ni acá. Debemos y nos deben. Nunca en la historia del país tanto como ahora. Le hemos dicho al mundo que no tenemos medicina, y que no tenemos economía, que dependemos de ellos para comer el día a día. Nos mostramos como un conjunto de personas incapaces, que no queremos trabajar, que no aceptamos el imperio de la Ley, que aceptamos el producto del oro negro y queremos vivir de el sin aportar ni un ápice para NADA. Pero, al mismo tiempo que vivimos del oro negro, levantamos la voz en campañas “sin sentido” en contra del uso de los hidrocarburos en el mundo, diciendo: nosotros vivimos de este producto, nos esmeramos por no hacer algo que nos quite esa dependencia pero no sabemos como hacer para producir otra cosa que no sean palabras huecas.

Me da la impresión que el futuro que se nos plantea es mas negro que el oro que nos estamos comiendo.

Tenemos que producir, tenemos que sembrar, tenemos que EDUCAR en el trabajo, para el trabajo, por el trabajo, tenemos que tener el orgullo de comernos solo lo que producimos, tenemos que tratar de ser una autarquía, olvidarnos de sofismas y enseñarle a las futuras generaciones que el avance de la patria esta en el trabajo, en la competencia, en la excelencia, en la rectitud moral, en la conducta ciudadana.

Esta bien que seamos buenos samaritanos, ayudemos al desvalido, seamos generosos… pero eso nunca significará que cada día y en cada cosa entreguemos cuanto tengamos a quienquiera que sea, con el supuesto orgullo de que no te necesito… porque eso es limosna y es disminuir a quien recibe.

Entonces: No conocemos realmente si el enfermo lo es. No conocemos la gravedad de su condición. No sabemos a ciencia cierta hasta cuando estaremos explotando el petróleo ni sabemos hasta cuando durara la bonanza de precios. No estamos formando economistas de futuro. No estamos formando equipos médicos de futuro. No estamos fomentando la excelencia…

Me da la impresión que andamos en una balsa en aguas demasiado turbulentas…

Me da la impresión que esto de hoy no es mas que otra voz en el desierto… pero tal vez, solo tal vez, el clamor de las voces mueva corazones y voluntades que vayan creando los escalones que se necesitan para salir de este pozo donde nos ha llevado la palabrería.

Dios nos ayude!!!