2013/04/10

7909.- Reporta ABC, Madrid

EMILI J. BLASCO ejBlasco / CORRESPONSAL EN WASHINGTON
Día 10/04/2013 - 14.26h
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ABC ha tenido acceso a un demoledor documento del equipo de Maduro que llama a la coyuntura socio-económica venezolana de «bomba atómica»

Tras catorce años de chavismo, Venezuela se encuentra en un colapso económico y al borde de un estallido social, protagonizado por las propias clases populares que el régimen prometió redimir, según admite el equipo económico de campaña de Nicolás Maduro, quien este domingo se juega la presidencia del país frente al opositor Henrique Capriles. Un demoledor documento interno habla de «bomba atómica económica» de efectos devastadores y considera la actual situación de «insostenible».
Desabastecimiento del 50% en productos básicos, inflación que este año puede llegar al 33%, déficit del sector público del 15%, caída del PIB de más del 4%... Son algunos de los 17 puntos que el documento, a cuyo borrador [consulta el texto completo] ha tenido acceso ABC, enumera en un tono apocalíptico, lamentándose de que esto haya ocurrido en un periodo de inimaginables ingresos públicos gracias al elevado precio del petróleo.
Ahora que los mercados prevén un descenso de los precios petroleros, «¿qué hacer?».
«Se huele en el ambiente la posibilidad de un estallido social»
Esa pregunta es el título del descarnado documento, redactado por el diputado comunista Douglas Gómez, en colaboración con otros asesores de Maduro, varios de ellos relacionados con la fundación española de izquierda Centro de Estudios Políticos y Sociales. La respuesta que se dan, «paradójicamente para algunos, consiste en profundizar la revolución socialista».
En lo económico, eso pasa por un mayor protagonismo de cooperativas y empresas públicas (también plantean drásticas medidas sobre los ciudadanos, como eliminar la subvención al precio de la gasolina y subirles impuestos). En lo político, por eliminar lo que queda del actual sistema democrático: avanzar en el sistema comunal con «la desaparición de las Alcaldías, Gobernadores, y todos los poderes actuales, ejecutivo, legislativo, judicial».
Preludio de una guerra intestina
El texto supone un ajuste de cuentas dentro del chavismo y preludia una guerra interna, en caso de triunfo electoral. Las críticas a la política económica llevada a cabo hasta ahora, impensables mientras Hugo Chávez estuvo vivo, son una acusación directa, aunque no se llegue a citarle contra Jorge Giordani, el poderoso ministro de Planificación y Finanzas. Veladamente también hay disconformidad con el poder y la gestión de Rafael Ramírez, ministro de Energía y presidente de la petrolera PDVSA. Por el contrario, podría pensarse en un alineamiento con el tercer gran actor económico del Gobierno, Nelson Merentes, presidente del Banco Central de Venezuela.
«Lo que llama la atención de este documento», indicó el economista venezolano José Toro Hardy, «es que se trata del reconocimiento por los mismos chavistas del mayor fracaso que puede tener una nación». «Describen la situación con toda precisión, algo que yo mismo u otros economistas podríamos haber escrito; pero la receta que ofrecen es más de lo mismo y eso sencillamente no puede funcionar», asegura.
«La hiperinflación podría llegar a un 50% este año»
El documento ve «signos claros de posible hiperinflación, que puede llegar a un 50% este año, con contracción de la economía y un posible estallido social», y recomienda que no se comentan «errores de incrementos desmesurados en los salarios». Admite que ha habido una clara reducción de la productividad del Estado y que hay problemas para pagar salarios de los trabajadores del sector público.
En ese contexto, la protesta social se está incubando. Así, hay «quejas generalizadas, por parte de amplios sectores de la clase media y baja, incluyendo importantes pensadores, articulistas y componentes del pueblo revolucionario, en relación a su disminución de nivel de vida debido al costo de la cesta básica y a la escasez de alimentos vitales. Algunos sectores revolucionarios culpan de esto a la reciente devaluación, sin darse cuenta de que esto es solo una señal de un problema mucho más amplio».
«Hasta ahora, las clases bajas que apoyan el proceso revolucionario han sido muy pacientes», añade el texto, «pero se huele en el ambiente la posibilidad de un estallido social, como efecto posterior de reverberación de las ondas de choque de la bomba atómica económica que ya explotó». «Hasta ahora se ha culpado al sector privado por el problema. Pero un análisis más profundo y autocrítico arroja un diagnóstico claro de errores en el diseño en las políticas económicas necesarias».
Si no se actúa, «un escenario de estallido social puede muy bien gestarse inmediatamente luego de que el compañero Nicolás asuma la Presidencia».
Las críticas se vierten contra casi toda la agenda económica: «La política de control de cambios ha sido un desastre, por decir lo menos»; «lamentable fracaso de la política de promoción de cooperativas y de empresas de producción social»; y una gestión centralizada de las misiones «que engrosa de hecho el aparato corrupto-corruptor del Estado».

7908.- Corrida de arrugas, profundización de escasez

VENECONOMIA 10-04-13

Desde que se anunció la creación del Sistema Cambiario de Administración de Divisas (SICAD), se veía que la intención del gobierno era correr la arruga de la crisis de divisas hasta después del 14 de abril. Y el tiempo parece corroborar esa percepción negativa.
La primera (¿y última?) subasta se realizó el 26 de marzo, al estilo “Vickrey modificado”. A la fecha, 9 de abril, 14 días después de la subasta no se han dado públicamente los resultados: no se sabe quiénes fueron los adjudicatarios, ni los montos adjudicados ni el precio de las divisas adjudicadas.
Aunque los beneficiarios ya habrían depositado en el Banco Central los montos en bolívares correspondientes, se informa que todavía estaría pendiente la emisión por parte de la banca nacional de las cartas de crédito a favor de los suplidores. Cabe recordar que el Banco Central no entregará las divisas respectivas hasta tanto los bienes objeto de la autorización no hayan sido nacionalizados e inspeccionados por el Banco. (O sea, son los bancos comerciales quienes corren el riesgo de que el BCV no les entregue las divisas).
Al día de hoy, 9 de abril no se vislumbraba por ninguna parte la intención de anunciar una segunda subasta; sólo se oyen promesas de permitir el ingreso de las Pyme al sistema alterno y de “dinamizar y depurar el RUSAD para que la pequeña empresa y los sectores productivos tengan un método para ingresar”. ¡Ver para creer!
Paralelo a estas no-ocurrencias, la industria está planteando ante el gobierno y la opinión pública la situación estacionaria en que se encuentra el acceso a las divisas para importaciones. Afirma que si bien es cierto que Cadivi ha realizado un esfuerzo para agilizar las autorizaciones de adquisición de divisas (AAD), siguen los retrasos en las autorizaciones para liquidar las divisas (ALD). Además de que existe un buen número de ADD y ALD de los que no se conoce en que status se encuentran y que quedarían en el aire si para el 15 de abril o días posteriores se volviera a devaluar.
En el ínterin, la escasez de productos y bienes básicos campea en todos los establecimientos que distribuyen alimentos y medicinas. Esto hace que se prevean tiempos más difíciles por venir, pues esta grave escasez se está registrando en momentos cuando todavía algunos productores tienen reservas en sus inventarios; pero si no reciben las divisas que requieren para reponerlos, estos inventarios se agotarán en breve tiempo.
Es una grave irresponsabilidad y una burla del gobierno de Maduro con los venezolanos el haber utilizado el SICAD como una estrategia de distracción de la opinión pública y de apaciguamiento de la inquietud de los industriales, al igual que el no haber puesto en marcha una política sensata para recuperar los sectores productivos y garantizarles el suministro de divisas indispensables para la buena marcha del país.