2013/06/15

8073.- La espada o la pared.- UCV


Durante la entrega del Premio al Merito Estudiantil el 23 de noviembre del 2011 la Rectora de la UCB dentro de su discurso de orden decía, entre otras cosas:

"El ejercicio responsable de nuestros compromisos con universidad y país, nos exige a estudiantes, profesores, empleados, obreros, el apego a los reglamentos, a las normas, a los principios que legal y moralmente nos rigen. Así como el respeto a nosotros mismos y a los demás.  Si el correcto proceder es recompensado, también los actos desmedidos, los que atenten contra el ordenamiento establecido, merecen sanción y es deber de la dirigencia conferir premio y sanción según corresponda. Nuestro consejo universitario así lo hizo. Luego de ingratos momentos y severas decisiones, disfrutamos de  este día, del significado que el encierra y del orgullo que de el se deriva. Nuestra felicitación a los y las galardonadas y la palabra de estímulo a la comunidad estudiantil toda, acompañada de nuestra invitación a continuar siendo verdaderos universitarios, ucevistas en sentimiento y acción, convencidos de que, citando a Montejano:

“solo será un auténtico universitario quien viva el secular espíritu de la universidad. Y la prueba de su autenticidad la puede comprobar en nuestros días si las falsificaciones le duelen, si protesta contra las nuevas formas de hipocresía y si sigue viviendo con entereza, aunque sea como universitario individual y ambulante, o atrincherado en los bastiones universitarios que todavía existen, los valores de la universidad de siempre e impregnando con ellos los ámbitos de su influencia”.     

Plausibles palabras que hoy, en fecha aciaga, saltan a la palestra porque han querido los hados que se le acuse de supuestos hechos dolosos en contra de los dineros de la UCB, acusación que en vista de quienes, cuando, como y porqué las hacen nos permite pensar en una posible coyuntura que le daría muchísimo dinero a la UCB.

Partamos de que un ciudadano de la república, en acto publico, en apariencia sin pruebas, lanza una acusación contra una ciudadana; la acusación compromete el honor de esa ciudadana, la honra de esa persona y va más allá, al comprometerla, también lo hace con el andamiaje gerencial que administra la organización y con las ramificaciones de los poderes públicos a los cuales se les debe rendir cuentas oportunas y veraces, ramificaciones estas que en caso de encontrar hechos o situaciones dolosas deben proceder de inmediato a su solución de acuerdo a las Leyes que nos rigen ya que de no hacerlo estarían incursos como cómplices de tales situaciones o hechos. El único detalle es que el ciudadano que lanza la acusación es quien funge de Presidente de la República. 

Traducido esto al lenguaje folclórico entendemos que si hay un hecho punible, antes de acusar a nadie deben tenerse las suficientes pruebas y, no es derecho de ninguna autoridad guardar estos problemas para cuando le hagan falta o cuando le sean útiles, tampoco puede nadie lanzar acusaciones ante la opinión publica si no se tienen todas las pruebas, so pena de ser demandado por daños y perjuicios.

Esta primera mujer en 280 años que llega al rectorado de la UCB no es alguien tomado al vuelo y puesto para llenar una plaza del escalafón, esta primera mujer no es alguien ajeno al medio, no es alguien que vino a aprender, no es alguien que llegó por compadrazgo. Esta mujer, esta SEÑORA RECTORA, es una persona de muy, muy limpia trayectoria, los hechos lo han demostrado en toda su carrera. Esta Señora esta en todo su derecho de demandar a quien la ha, públicamente, acusado de malversación de los fondos de la UCB.

Asumo que la Dirección de Asesoría Jurídica de la UCB estará llena de las mas preclaras mentes jurídicas disponibles en el foro caraqueño, o que en ultimo caso, dispondrá de las conexiones suficientes para atraerlas y valerse de ellas en caso de disputas que atañen a la Casa de Estudios. Porque, en todo caso, no es solo la ciudadana rectora la que demanda, es la Institución la que se ve deshonrada en su trayectoria, nacional e internacionalmente.

Si esa fue la espada, vayamos a la pared:

No es posible que "La Universidad" acepte una situación como esta que se ha presentado. Quedarse de manos cruzadas es aceptar que "cualquiera" diga o haga lo que sea en contra de la INSTITUCIÓN. No hacer algo es dejar en entredicho la moral y la honradez de "LAS AUTORIDADES" como personas y como corporación. El fin NO justifica los medios, para nadie. A sabiendas de que no existe dolo alguno, hay que exigir las pruebas de la acusación y demostrarle a los estudiantes que la perversidad que se les está tratando de forjar en su cerebro no es mas que una manera de evitar que tengan sus propios lideres producto de la honestidad.