2015/02/23

236186.- Declaración de suscripción y adhesión /propuesta del acuerdo nacional para la transición nacional.


DECLARACIÓN DE SUSCRIPCIÓN Y ADHESIÓN A LA PROPUESTA DEL ACUERDO NACIONAL PARA LA TRANSICIÓN NACIONAL
Yo, ROMÁN J. DUQUE CORREDOR, venezolano, mayor de edad, identificado con la Cédula de Identidad N° 2.455.372, abogado y doctor en Derecho, profesor universitario de postgrado de la UCV, UCAB y la UMA, doctor Honoris Causae de la ULA; Exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia de la República de Venezuela; Expresidente e Individuo de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales; miembro de la Comisión Andina de Juristas; Primer vicepresidente del Instituto Latinoamericano del Ombudsman y Expresidente del Colegio de Abogados del Distrito Federal, hoy del Distrito Capital; en ejercicio de mi plena capacidad jurídica y de mis derechos políticos y como profesor de derecho constitucional, DECLARO:
De manera formal expreso mi adhesión a la Propuesta del Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma, Leopoldo López, Coordinador Nacional de Voluntad Popular y María Corina Machado, ex diputada independiente, de Acuerdo Nacional para la Transición Nacional, de fecha 11 de febrero de este año, dirigida en forma abierta y pública a todos los sectores del país, por las siguientes razones:
1) Por cuanto, las agendas político-institucionales, social y económica de dicha Propuesta tienen como objetivo la reconstrucción de la institucionalidad democrática del país, lo que es un fin lícito y legítimo.
2) Por cuanto, la exhortación contenida en el referido Acuerdo Nacional, lejos de constituir un delito de conspiración y de delincuencia organizada, por el contrario, es manifestación legítima del pluralismo y de los derechos de libertad de pensamiento y de expresión, propios del sistema democrático, consagrados en la Constitución, en la Carta Democrática y en los Tratados y Pactos suscritos por la República, entre otros, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del MERCOSUR y de UNASUR.
3) Porque la propuesta del Acuerdo Nacional para la Transición es cónsona con los valores y principios superiores del Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que proclama la Constitución, al igual que las agendas y medios que en dicho Acuerdo se proponen.
4) Por cuanto, en dicho Acuerdo se hace declaración expresa de respeto de la democracia y de la vía del sufragio para lograr el cambio político y de gobierno necesarios para superar la crisis nacional política, económica y social. Y,
5) Porque del contenido del mencionado Acuerdo no se desprende ninguna instigación al odio, ni a la violencia, ni a la violación de la Constitución y la ley, y mucho menos, un llamamiento para realizar un cambio de gobierno y lograr la transición política mediante un golpe de Estado.
Así lo declaro en Caracas a los veintidós días del mes de febrero de 2015, haciendo votos por la reconciliación y la pacífica convivencia entre los venezolanos y por su progreso con justicia y equidad, sin sacrificio de su libertad.

Román J. Duque Corredor

236185.- Una joya ANDIGENA

 La medicina en Mérida, afines del siglo XIX
 

Estimado Carlos Cárdenas:
En días pasados, te comentaba la necesidad, de la investigación documental, de la  medicina en Mérida a fines del siglo 19, y comienzos del siglo XX, pues no teníamos noticias de esta, sino por deducciones de algunos graduados a fines de ese siglo y algunas referencias lejanas-
Pero para mi sorpresa,a raíz de algunas referencias B literarias, encontré una obra de Alvaro Parra Davila, "El devenir de una simiente", sobre la vida del Dr. Ramón Parra Picón y su entorno, que me parece un ensayo histórico, de lo mejor de esa época, considerando  a este como uno de los fundadores de la escuela Quirúrgica de Mérida, profesor de Medicina, Rector y académico y, ademas,  de los fundadores de la Escuela de Farmacia de la ULA...,
Pues como yo lo barruntada, el Hospital era, el hospital San Juan de Dios, regentado por las monjas Dominicas de Sta Rosa de Lima, fundadas por la madre Georgina Febres Cordero, hoy hospicio San Juan de Dios, que tenia seis salas, para unos 60 enfermos, de escasos recursos, pues los que podían eran atendidos y aun  operados en sus propias casas, con diversas enfermedades, como anemia, disentería, reumatismo, heridas y luxaciones, Chancro, sífilis , tuberculosis y bocio.
Para la época, eran médicos destacados, y dedicados, los Drs. Pedro Luis Godoy, Miguel Castillo. Juan de la C. Sosa, Federico Salas Roo, Alberto Parra Perez, Hernan Febres Cordero, Juan Pablo Franco, Hugo Parra Perez, Lucio Oquendo... Parra Picón era excelente cirujano, realizaba, colecistectomias, Hepatotomías por absceso amebiano, anastomosis bilio digestivas, y orquidectomías tuberculosas; sobre la Tuberculosis, el diagnostico se confirmaba por la presencia del bacilo de Koch en el esputo, por medio del microscopio traído de París por el Dr Juan P Rojas.
El Dr Parra Picón, realiza por primera vez en Venezuela, la ligadura de la iliaca externa, para curar un aneurisma de la femoral. Fue un medico de la categoría del famoso Dr Razetti, del Dr. Santos Domici, del Dr J Gregorio Hernandez o de cualquiera de los médicos cirujanos del Hospital Vargas de Caracas.
Fue famosa su discusión con el Dr Razzeti, sobre el tratamiento de la Peste Bubónica, polemica en la cual intervienen médicos de Caracas, Valencia y Mérida, y así conocemos otros médicos merideños, como Geronimo Maldonado y al medico tovareño Miguel Rondon Nucete, abuelo de Jesus Rondon, amigo y compañero del Colegio San Jose.....
Pues ahí te dejo esa, para festinación de nuestra historia merideña...
                                                                                                             Miguel R Garcia Muller

Nota del BLOG:  de ANDIGENA a ANDIGENA... de Medico a Medico... de Cardiólogo a Cardiólogo ... de AMIGO a AMIGO... Gracias

236184.- INFORME OPENHEIMER.-


OPPENHEIMER:
El silencio regional ante la situación de Venezuela


ANDRÉS OPPENHEIMER 02/22/2015 8:11 AM

A juzgar por la débil reacción de las instituciones regionales como la OEA y la UNASUR ante el arresto arbitrario del alcalde metropolitano de Caracas Antonio Ledezma y otros líderes de la oposición en Venezuela, es difícil no llegar a la conclusión de que estas organizaciones se han convertido en sociedades de protección mutua para regímenes represivos.

En lugar de exigir de la liberación inmediata de Ledezma, al igual que la del líder opositor Leopoldo López y otros prisioneros políticos a los que las Naciones Unidas consideran fueron objeto de “arrestos arbitrarios”, las principales organizaciones regionales y casi todos los presidentes latinoamericanos brillaron por su ausencia.

Hace algunas décadas, cuando un país latinoamericano violaba las libertades democráticas, como Venezuela lo está haciendo ahora, los principales líderes democráticos de la región solicitaban reuniones urgentes a la Organización de Estados Americanos (OEA), que le exigía al país infractor comportarse de acuerdo a las normas democráticas de la región.

Cuando el ex presidente peruano Alberto Fujimori cerró el Congreso de su país en 1992, toda la región respondió airadamente. Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Perú, Argentina retiró a su embajador, y Chile y varios países más solicitaron oficialmente que se suspendiera a Perú de la OEA.

Y la OEA, después de varias reuniones urgentes, colectivamente protestó las acciones de Fujimori, y lo obligó a convocar elecciones anticipadas para elegir un nuevo Congreso meses más tarde.

Nada siquiera parecido a esto pasó la semana pasada cuando el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro arrestó a Ledezma, uno de los principales funcionarios electos del país y alto dirigente de la oposición.

Maduro, que hace pocas semanas celebraba oficialmente la intentona de golpe militar del fallecido presidente Hugo Chávez en 1992, acusa a Ledezma y a otros líderes de la oposición de “conspirar y organizar” acciones violentas contra su gobierno. Anteriormente, Maduro había encarcelado a López con cargos similares, sin aportar pruebas serias en ninguno de estos casos.

El viernes, el secretario general saliente de la OEA, José Miguel Insulza, expresó su “alarma” por los hechos en Venezuela. Pero en la ausencia de algún país miembro que pidiera formalmente una reunión de cancilleres de la OEA, sus declaraciones cayeron en el vacío.

La Unión de Naciones de América del Sur (UNASUR) anunció que enviará una delegación de cancilleres —los ministros de relaciones exteriores de Brasil, Ecuador y Colombia— a Venezuela en una fecha por determinarse, para observar la situación y luego convocar a una reunión regional.

Pero la UNASUR es un foro conveniente para Maduro, porque ha sido la organización regional más amiga de su gobierno.

El año pasado, cuando las protestas estudiantiles en Venezuela dejaron al menos 43 muertos y la oposición pidió una mediación internacional para detener lo que calificó como una masacre por matones paramilitares, los gobiernos latinoamericanos convocaron una reunión urgente de UNASUR y enviaron como mediadores a los cancilleres de los mismos tres países.

Pero la misión de cancilleres de UNASUR terminó ayudando a Maduro a ganar tiempo y diluir las protestas. Los cancilleres de UNASUR no solo no lograron la liberación de todos los estudiantes presos, sino ni siquiera obtuvieron las más mínimas concesiones que pedían los estudiantes, como eran el nombramiento de autoridades electorales independientes para las elecciones legislativas de este año.

Anteriormente, en 2013, UNASUR se había apresurado a bendecir la dudosa victoria electoral de Maduro, después de que un tribunal electoral pro-gubernamental lo había proclamado ganador por un mínimo margen, a pesar de acusaciones de fraude por parte de la oposición.

El presidente de UNASUR Ernesto Samper pidió el viernes un “diálogo” en Venezuela, y criticó las sanciones estadounidenses contra cinco docenas de funcionarios venezolanos sospechosos de corrupción y abusos contra los derechos humanos.

La reacción de Samper fue “absolutamente lamentable”, dice el director de Human Rights Watch para las Américas, José Miguel Vivanco. “No hay absolutamente ninguna conexión entre la cancelación legitima por parte de Estados Unidos de visas y cuentas bancarias de funcionarios venezolanos implicados en abusos a los derechos humanos y corrupción, y las detenciones arbitrarias en Venezuela”.

Vivanco añadió que “estamos viendo un deterioro diario de las libertades fundamentales en Venezuela. Lo único que queda para detener esta escalada de abusos es la comunidad regional”.

Mi opinión: Estoy de acuerdo. El problema es que no hay un líder regional.

Es muy difícil entender porqué México y Brasil, que quieren ser vistos en el mundo como democracias modernas, se dejan intimidar por Venezuela y no exigen que las organizaciones regionales cumplan con su obligación de exigir el respeto a las instituciones democráticas en todos los países miembros.

Por eso, la OEA, la UNASUR y otras organizaciones regionales se parecen cada vez más a grupos protectores de los abusos gubernamentales, en lugar de serlo de los derechos democráticos.

236183.- Carta enviada por Felipe Pérez a Nicolás Maduro.

Carta de Felipe Pérez a Nicolás Maduro #MonitorProDaVinci

Por #MonitorProDaVinci | 21 de febrero, 2015


Felipe Pérez fue Ministro de Planificación entre los años 2002 y 2003 bajo la primera presidencia de Hugo Chávez. A continuación reproducimos una carta que le ha escrito al presidente Nicolás Maduro en la que aborda la situación política y económica de Venezuela a propósito de la detención del Alcalde Antonio Ledezma.
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felipeperez640
Un testigo a favor de Antonio Ledezma y Chúo Torrealba
Estimado Nicolás:
Como probablemente sabes, desde enero desde el 2013 he estado impulsando, con un conjunto de compañeros, una propuesta económica y política para enfrentar los problemas de tu gobierno y de nuestro país, llamada Qué Hacer. Estaba dirigida a ti, Nicolás, para cambiar el curso de lo que veíamos claro, desde entonces, como una avanzada hacia el abismo, una de cuyas manifestaciones es lo que se aprecia en términos de nivel de pobreza estimada para el 2015, que fácilmente excederá el 50% de la población, un retroceso inmenso en materia social con respecto a lo que se había avanzado. Aparentemente no te ha llegado la propuesta, aunque tratamos de mil maneras de ponernos en contacto contigo, sin éxito. Hemos sido calificados, cuando la cosa se filtró, de neoliberales, quinta columna, etc. Pero nuestra propuesta se ha venido perfilando como la correcta. De hecho, no nos equivocamos , ni en las predicciones económicas, ni en las políticas.
Como parte de las propuestas, se veía la necesidad de hacer cambios fundamentales en política económica, pero también la necesidad de llegar a acuerdos políticos para rescatar al país y evitar el desastre. En ese sentido, accedí al llamado de reuniones con algunos líderes de oposición, del sector privado y líderes intelectuales y sensores de opinión, como el maestro Pompeyo Márquez, Antonio Ledezma y Chúo Torrealba, Jorge Roig, Luis Vicente León, entre otros.
Con el maestro Pompeyo y con Antonio Ledezma me he reunido un par de veces. Lo mismo con Chúo Torrealba. Quiero testificar aquí algo importante de esas reuniones. Como analista, les comentaba lo que se sabe que he dicho, que un golpe de estado era posible entre las opciones que veía venir. Por la sencilla razón de que tu gobierno había perdido el liderazgo, la representatividad, la gobernabilidad, y la legitimidad en grado muy importante. El descontento con la situación económica y social es tal, que más del 70% de la población quiere un cambio de gobierno ya. Quiere que salgas. Sin embargo, la oposición no había logrado nuclear ese descontento. Para el momento de mis afirmaciones, no había la cifra que vemos hoy en Datanálisis, donde se muestra que la oposición cuenta con la intención de voto de casi el triple (60% de la población) que la de tu gobierno (poco más que 20%). Los desubicados en esta polarización eran la mayoría. La explosividad social que se venía venir podía implicar que, en esta suerte de vacío de poder, de liderazgo, de legitimidad y de gobernabilidad, podía ocurrir lo que en muchos lugares y épocas pasadas ha ocurrido: que la salida viene de parte de quienes tienen el gatillo en la mano, el poder de las armas. Si había que poner orden, sobre todo ante la inminencia de un descontento generalizado, similar al Caracazo, la parte de la fuerza armada descontenta con la conducción de tu gobierno de la situación, podía asumir el control, decía yo.
No me he equivocado tampoco en esta apreciación, pues ya vemos que ha habido intentonas de golpe, aunque fallidas.
Pero lo que te quería contar es lo siguiente: en las reuniones con el maestro Pompeyo y con Ledezma, éste último, acusado ahora de golpista, siempre insistía que la salida debía ser constitucional, ajustada a derecho, democrática, rechazando de plano un golpe de estado. Igualmente con Chúo Torrealba, máximo líder de la MUD, organización acusada por ti de ser parte de esa misma conspiración. Recuerdo algo muy sabio en que insistió mucho Pompeyo, quien fue que promovió el encuentro,  en presencia de Ledezma: la salida de la situación en la que estamos no puede excluir al chavismo. Y Ledezma mostraba su acuerdo. De hecho, estábamos claros en que lo que está planteado es la inclusión, pues la oposición, si tomara el poder, no podría tampoco gobernar solo para una mitad de la población. Lo mismo tu gobierno, Nicolás: está planteado gobernar de manera inclusiva, según hemos venido proponiendo.
Alguien podría decir, como lo he oído, que soy un ingenuo, pues una cosa es lo que dice la gente, y otra lo que piensa, sobre todo de parte de políticos “tan sospechosos”, como califican algunos a los referidos líderes políticos. Reconozco que en esto no soy un conocedor, ni mucho menos. Además de la presunción de inocencia que profeso como convicción, en particular en estos casos, quiero comentarte algo, Nicolás, que puede ser de tu interés. Se trata de análisis un estratégico muy sencillo pero de cierta relevancia, a mi entender.
Estamos en una situación política que se puede caracterizar como “guerra de desgaste”, como se le llama en Teoría de Juegos. Imagínate dos jugadores que se disputan un territorio. Pero a medida que se desenvuelve la guerra, uno de los jugadores va perdiendo más y más terreno: se desgasta más rápido que el otro. En nuestra situación, quién gana más, de cara a las elecciones, por ejemplo, si la situación sigue como sigue, y tu gobierno no cambia de rumbo económico? Claramente la oposición, como bien lo muestran las encuestas. Van arriesgar ellos la posibilidad cierta, por primera vez en muchos años, de una victoria aplastante, promoviendo un golpe de estado que interrumpe y descalabra esa posibilidad real de éxito político? Recuerdo muy bien que uno de los referidos personajes me decía que con un gobierno militar nunca se sabía qué iba a pasar. Obviamente no era confiable para ellos, más allá de que con esto tu gobierno pudiera ser cambiado para abrir un nuevo juego político. Pero esa misma posibilidad, por vía más cierta y controlable, se podía hacer por la vía democrática, pensaban ellos. Como en efecto lo es.
Cuál es el desenlace predecible, por cierto, en este tipo de conflicto clásico de guerra de desgaste? Siempre que los jugadores estén conscientes de su situación, al jugador que se va desgastando más a medida que pasa el tiempo, le conviene mucho llegar a un acuerdo para terminar la guerra. Pero al otro le puede convenir siempre y cuando se le ofrezca algo más atractivo, o igual de atractivo, que las ganancias que obtendría si la guerra sigue, descontando los costos de seguir peleando.
En la situación venezolana, pues, no es a la oposición, en particular a Ledezma o Torrealba, a quienes les interesa romper el juego de desgaste con un golpe militar. No sería racional, pues no va en su propio interés. Por eso concluyo esta parte diciendo que lo que me dijeron Ledezma y Torrealba en esas reuniones no eran pensamientos dirigidos a engañar: ellos no van a estar apoyando un golpe que no les conviene. Más allá de la presunción de inocencia, hay fuertes indicios, pues, de que Ledezma y Torrealba no parecen tener las motivaciones para cometer un crimen de la naturaleza que tú estás presumiendo, como se hace normalmente en un análisis en un juicio.
Pero hay algo más que te interesa mucho, Nicolás, y al pueblo venezolano, de este análisis. Realmente a quienes más les conviene un diálogo para salir de la situación en que nos encontramos, es a tu gobierno, y al chavismo como movimiento político con futuro. Si la cosa sigue como va, el chavismo no solo van a perder el poder. Sino que nunca más va a poder regresar como opción democrática, pues va a ser recordado como el gobierno más nefasto que ha tenido Venezuela en toda su historia. Si tú realmente quieres garantizar un futuro para el legado de Chávez, con sus mejores elementos, como el tema de la justicia social, la democracia, y el verdadero socialismo, debes buscar una solución, debes dar un golpe de timón. Y esa solución es la que han estado aconsejándote sus amigos, como Lula: un gobierno de coalición traducido a nuestra circunstancias, fruto del diálogo en el contexto de UNASUR.
Y aquí enlazo con mi último punto. Probablemente no te has dado cuenta. Pero una solución a los problemas que tenemos, sobre todo económicos y políticos es sumamente fácil. La política económica está tan desquiciada, que un mínimo de cordura hace milagros. Pero esa cordura mínima requerida, que beneficiaría a los pobres, a la clase media, y a los empresarios emprendedores, perjudica a cierto sectores: los corruptos, los contrabandistas, los bachaqueros, y los muy ricos que no pagan impuestos ni siquiera a los estándares de Colombia y Chile, países que nadie podría calificar como socialistas.
Incluso a lo precios petroleros que tenemos, se puede garantizar un salario mínimo de unos ciento cincuenta dólares mensuales. Unos seis mil setecientos bolívares a la tasa única de equilibrio en el mercado cambiario, de unos 45 bolívares por dólar. Ese salario estaría por debajo del de Colombia, unos 250 dólares. Pero es que nuestra productividad ha decaído tanto en estos años, que no podemos aspirar a eso para empezar, siendo realistas. Se sitúa a niveles anteriores del boom petrolero, del año 2005. Pero es que, con la debacle productiva, y con los actuales precios petroleros, después de no haber ahorrado para prevenirnos, tenemos que asumir las consecuencias.
Sin embargo, eso sería mucho mejor que la situación actual. Años luz de la debacle actual, que te tiene tan angustiado, y de la cual no pueden sacarte las políticas que se han anunciado por parte de tu equipo económico. Por ejemplo, la inflación, ahora galopante, se frenaría por completo y empezaría a bajar, a unos 40% el primer año, 20% el segundo y a menos de 10% el tercero. Muy diferente de la inflación que estamos viendo ahora, que bien se puede disparar y llegar a unos 200% en el año, o incluso más, si se sigue con las políticas actuales (la de Enero llegó a algo menos de 10%!). Por otro lado, el sector productivo por fin podría respirar, y arrancar con pie firme, apuntando a rescatar el principio socialista de que lo que hay que remunerar es el trabajo, no la viveza, con un sistema de precios estables y predecibles, que oriente las decisiones de inversión, que debe contar con garantías mínimas para trabajar. Habría repatriación voluntaria de capitales y de cerebros. Se eliminaría por completo el problema de la escasez. Y se iniciaría una onda expansiva de la producción y el empleo formal. El salario mínimo sería unos 150 dólares, es cierto, pero no serían los míseros 30 a 40 que demasiada gente está obteniendo en la práctica, con las colas, los sobreprecios de buhoneros y bachaqueros, en una situación desesperante.
Qué se requiere para lograr esto? Muy sencillo. Abandona el modelo estalinista de capitalismo de estado, y entra a un régimen de socialismo endógeno, en que conviven el mercado, el estado y la solidaridad. Como Suecia, pero con el ingrediente del poder popular, la democracia participativa, la minimización de la lucha de clases, en que el pueblo sea empoderado en materia productiva y política, los pobres dejen de serlo, y la clase media se fortalezca en número y en poder económico, y se minimicen las diferencias de ingreso. Pero el estado debe ser cuerdo: debe regular adecuadamente al mercado, no sustituirlo.
Para esto es imprescindible, primero que todo, cerrar la brecha fiscal, que se puede colocar en 20% del PIB como van las cosas, o más. Con lo cual tendrías que seguir imprimiendo dinero ante la falta de ingresos suficientes para financiar los gastos. La idea es tener ingresos de verdad, y no de mentira. Para eso tienes que hacer tres cosas fundamentales: sincerar el tipo de cambio, con un régimen como el que yo impulsé en el 2002, que combina el mercado y el estado: precios de mercado, pero con bandas de flotación que controla el estado, que impiden, de manera creíble, que el el tipo de cambio de dispare sin control. Eso prácticamente cierra la mayor parte de la brecha. Te han metido muchas mentiras los corruptos y quienes no saben de esto, Nicolás. El régimen cambiario actual no beneficia a los pobres, sino fundamentalmente a los corruptos, los contrabandistas y los bachaqueros. Esos sí que sufrirían con el cambio, pues el fisco recibiría más de $40 mil millones, que básicamente se los están llevando ellos, sin beneficiar prácticamente nada a la población pobre y de clase media. Claro que tienes que reorganizar el sistema de subsidios, para que realmente le llegue a quien lo necesita, de manera efectiva, eficaz, y eficiente.
Lo segundo, es abandonar Petrocaribe. Puedes dar cuando tienes. Pero cuando necesitas, si tus amigos son solidarios, tienen que darte ellos a ti. No desangrarte y condenarte a la muerte. Pide un Petrocaribe que implique que recibes solidariamente ahorita, no que te desangras más y más. Lo tercero, subir la gasolina, que no se puede seguir regalando. Con medias compensatorias adecuadas, conocidas, efectivas. Lo cuarto en lo fiscal es iniciar una reforma impositiva en forma, progresiva, a los estándares por lo menos de Colombia. Los ricos deben pagar sus impuestos. Sin duda alguna.
Si no tienes déficit, no tienes que financiarlo emitiendo dinero, que es la causa fundamental de la inflación que hemos tenido. En esto hay consenso total entre las corrientes del pensamiento económico: la política monetaria activa es muy conveniente. Pero el abuso que hemos tenido es inflacionario y contraproducente. Hay que arreglar, sanear, las cuentas de la casa. El banco central, pues, tiente que cumplir su papel y controlar la inflación. Lo productivo es claro: debes llegar a acuerdos básicos de respeto al sector privado. Pero no para darles más renta. Sino para que tengan condiciones para que produzcan, para que quieran hacer inversión de largo plazo.
Por último, conectando con lo inicial: como está la situación, no puedes arreglar las cosas arreglando solo lo económico. Hay una cosa que en economía se llama “equilibrios de coordinación”: Si la gente no cree que la cosa va a ir bien, la cosa va mal. Para liderizar las expectativas positivas, necesitas llegar a acuerdos que signifiquen que la gran mayoría de la gente cree que la cosa va a ir bien. Para que tome acciones conducentes, y la cosa realmente vaya bien, de acuerdo a profecías auto-cumplidas. Pero la oposición, el otro jugador que mencionamos arriba, no se va a conformar con conchas de ajo para llegar a un equilibrio de coordinación. De hecho te conviene nombrar a árbitros confiables en el juego democrático, como en un juego de fútbol: para que un equipo juegue, debe confiar en que el árbitro va a ser imparcial. Como parte del acuerdo político, necesitas poner árbitros mutuamente confiables en el TSJ, la Fiscalía, la Contraloría, la Defensoría, el CNE, el Banco Central, y el INE. Si no haces eso, no haces nada, en absoluto. Eso es lo que significa una suerte de gobierno de coalición en nuestras circunstancias, no que vas a compartir el poder ejecutivo con ministros de la oposición.
Pero te conviene hacerlo, como le convino a Ulises, que, como se amarró al mástil, pudo pasar por primera vez el mar de las sirenas, que le decían que se echara al mar, en aguas turbulentas, siguiendo sus encantos engañosos. Hay que ser realistas, y sabios.
Finalizo diciéndote que esto no va a ser nada fácil para ti, Nicolás. Pues, como dije, el ajuste lo van a pagar los corruptos, los contrabandistas, los poderosos que tienen capturado a tu gobierno, y usufructúan la renta petrolera con el cuento del socialismo estalinista, fracasado. No te van a soltar fácilmente los captores. Tienes que ser rescatado de quienes te tienen capturado. Y ellos no van a querer soltarte, con miles de argumentos engañosos. Paradójicamente te van a acusar de traidor, de abandonar al chavismo, etc. Pero vas a estar garantizando un futuro para el chavismo en el largo plazo. Quizá pierdas las elecciones, de todas maneras. Es lo más probable, a estas alturas, aunque hagas esto. Pero es lo único que va a garantizar un futuro para el chavismo, por un lado, y que va a permitir al resto de los venezolanos recuperar la esperanza.
Termino diciéndote: déjate rescatar, por las fuerzas que pueden hacerlo, entre ellos la oposición representativa, democrática, y el sector productivo, y los trabajadores, estudiantes y el pueblo organizado, en diálogo constructivo. No sigas el camino del aislamiento y la exclusión y la confrontación, que puede traer un grado de violencia indeseado para todos. Busca ayuda y consejo entre tus amigos en el contexto de UNASUR, como Brasil, Ecuador, Bolivia, Nicaragua. Países que han aprendido de su pasado, y han sabido resolver el problema económico, y político, orientados, no hacia el pasado fracasado del socialismo estalinista del siglo XX, sino al futuro, al socialismo democrático y endógeno, con inclusión de todos los venezolanos.
Cordialmente, éxitos y pendientes,
Felipe

236182.- Acuerdo nacional para la transición...

Acuerdo Nacional para la Transición: Este es el comunicado por el que el SEBIN se llevó a Ledezma
febrero 20, 2015 7:33 am

LLAMADO A LOS VENEZOLANOS A UN ACUERDO NACIONAL PARA LA TRANSICIÓN

El pueblo de Venezuela vive una de las circunstancias más difíciles de su historia, a la que ha sido llevado por un régimen que en los últimos dieciséis años aplicó un modelo fracasado y ha ejercido de manera impune la antidemocracia; un régimen ineficiente y corrupto que robó, regaló y despilfarró recursos públicos cuantiosos, con los cuales se hubiese podido impulsar el bienestar y el progreso de todos, en lugar de generar la ruina que hoy sufrimos. En fin, el desastre que vivimos responde al proyecto de una élite sin escrúpulos de no más de cien personas, que tomó por asalto al Estado para hacerlo totalitario, que se ha apoyado en grupos violentos y en un militarismo de cúpulas corruptas para controlar a la sociedad a través de la represión, que degradó las instituciones y que violentó todo ámbito de la sociedad hasta devastar la economía y dañar gravemente las bases de la paz. La precariedad y las tensiones que resultan de esta crisis y la insistencia del régimen en “profundizar” el modelo que la genera, pueden llevarnos en muy corto plazo a una emergencia humanitaria y han deslegitimado en extremo al gobierno. Es claro que el régimen no resolverá la crisis y que el gobierno de Maduro ya entró en fase terminal.

Nuestro llamado: construir un acuerdo para conducir la transición en paz

 Es la obligación de todo demócrata ayudar a resolver la actual crisis, defender la libertad, evitar que el ya ineludible derrumbe del régimen desborde los cauces de la paz y la constitucionalidad y hacer que la transición, es decir, el paso del sistema superado a uno nuevo lleno de esperanza, se produzca de la mano de la mayoría de los venezolanos y nos lleve sin retrocesos a recuperar el espíritu y el orden democrático. Asumiendo ese compromiso hacemos un llamado, sin distingos políticos y trascendiendo las diferencias, para que pongamos en marcha, con la urgencia del caso, un Acuerdo Nacional para la Transición en el que esté representada la Unidad de todos los ciudadanos de Venezuela, a través de las visiones de los trabajadores, los jóvenes, los empresarios, los académicos, los políticos, los miembros de las iglesias y de la Fuerza Armada, en fin, de todos los sectores nacionales. Los consensos y compromisos del Acuerdo Nacional le darán solidez a las decisiones que deberán ser adoptadas para salir de la crisis en todos los ámbitos; para armonizar socialmente al país y para asegurar la estabilidad política en su paso por un proceso que experimentará riesgos, turbulencias y acechanzas de diverso orden. A tal fin, proponemos un programa basado en tres agendas de acciones concretas, el cual se ha alimentado de las contribuciones que han hecho en los últimos tiempos diversos grupos de valiosos venezolanos. Como instrumento del Acuerdo Nacional, el programa que invitamos a acompañar y enriquecer con las perspectivas de todos los sectores, servirá de guía para superar la crisis y comenzar la reconstrucción del país.


Una agenda política-institucional dirigida a restituir las libertades conculcadas, la soberanía, la paz social y el Estado de Derecho:
– Restablecer la vigencia plena de las instituciones democráticas y los derechos humanos, liberar a los presos políticos, facilitar el inmediato retorno de los exiliados y solicitar del sistema judicial la apertura de los procesos a que haya lugar para el castigo de delitos graves cometidos al amparo del poder gubernamental; – Reponer el ejercicio efectivo de la libertad de expresión y del derecho ciudadano a informarse sobre la gestión del Estado y revertir totalmente las violaciones y arbitrariedades cometidas en estos ámbitos; – Rescatar la autonomía de los órganos del Poder Público, designar a sus directivos por las vías constitucionales y rehabilitar la pluralidad política y la soberanía del Estado nacional venezolano; – Restituir plenamente la descentralización, el ejercicio de los poderes regionales y locales y la participación ciudadana genuina que establecen la Constitución y las leyes; – Preparar y realizar elecciones presidenciales libres y absolutamente transparentes;
- Asegurar la lealtad y el apego de la Fuerza Armada Nacional a la Constitución y su desvinculación de toda injerencia extranjera y actividad político-partidista; y
- Abrir un proceso de despolarización política y de reconciliación nacional, que convoque e involucre activamente a toda la sociedad en la reconstrucción de las bases para la paz.

 Una agenda para atender la emergencia social y asegurar la atención eficaz a los sectores más vulnerables:

– Restablecer a cortísimo plazo el abastecimiento normal de alimentos y otros bienes de consumo esencial de las familias y los suministros de repuestos e insumos que impiden la operación de las cadenas de distribución; – Corregir las fallas de los servicios públicos fundamentales en todo el país, con especial prioridad en los de electricidad, agua, saneamiento, gas doméstico y transporte público; – Garantizar que sean cubiertas las necesidades de salud de todo el pueblo de Venezuela, atendiendo las fallas y deformaciones existentes en la gestión de la salud pública y los sistemas hospitalarios; resolver el desabastecimiento actual de medicinas, insumos y equipos médicos y suplir los déficits de personal de salud de distintos niveles; y – Enfrentar como prioridad de Estado la emergencia de seguridad ciudadana, desmantelar las redes criminales que proliferaron gracias a la impunidad y a la complicidad del régimen actual y abordar de manera integral el problema en sus facetas de prevención, acción policial, administración de justicia para eliminar la impunidad y elevación de la eficacia del sistema penitenciario.

Una agenda económica enfocada en estabilizar la economía, recuperar el ingreso familiar y generar confianza en el país:

– Recuperar la capacidad operativa y elevar significativamente la producción de la industria petrolera, revisar los marcos legales y los acuerdos lesivos a la misma y designar una nueva directiva de PDVSA, honesta y con capacidades, para garantizar su funcionamiento eficiente al servicio del país; – Insertar nuevamente a Venezuela en los circuitos financieros internacionales y obtener de ellos los apoyos económicos necesarios para superar las dificultades del corto plazo; – Desacelerar el proceso inflacionario actual, asumir una política cambiaria que promueva la producción nacional y, en general, corregir los desequilibrios macroeconómicos generados por años de excesos y corruptelas; restablecer la autonomía del BCV; poner en vigor un sistema eficiente y transparente para la coordinación de las finanzas públicas y designar nuevas autoridades de los entes económicos del Estado, con base en las normas y en criterios de capacidad y méritos; – Llegar a acuerdos para la justa reparación de los daños a que hubiere lugar por expropiaciones arbitrarias; revisar el estado real de todas las empresas no petroleras que acabaron en manos estatales por la voracidad del régimen y decidir las formas de propiedad y gestión que ellas deban asumir para asegurar su recuperación productiva. – Desmontar la maraña de controles que ahoga a la economía y reconstruir las bases jurídicas y económicas que son necesarias para atraer la inversión productiva que garantice un crecimiento estable en el futuro. Venezuela será lo que los venezolanos hagamos de ella a través del cambio de rumbo que nosotros mismos decidamos.

 Ese rumbo estará asegurado por los consensos y compromisos del Acuerdo Nacional para la Transición.

 Caracas, 11 de Febrero de 2015


Antonio Ledezma                        Leopoldo López                    María Corina Machado

 Fuente: http://runrun.es/