2016/01/29

263522.- Sobre La Piedra 17.1

263523.- Sobre la Piedra 17.1

Apenas llegando las camionetas con el personal de seguridad al puente, se sintió un nuevo temblor cuya duración fue mucho mayor que las anteriores... los obreros sintieron la ira de Dios cuando vieron como oscilaba el puente, vibraba y se retorcía y parecía que aumentaba el ritmo en lugar de volver a la calma... la capa de rodamiento se resquebrajó dejando vacíos en el paso vehicular... Las comunicaciones entre el personal colapsaron pues todos pretendían echar el cuento  y quitarse el miedo de encima... En ambos sentidos los destrozos fueron mayúsculos... gracias a que no había vehículos sobre el puente no hubo victimas que lamentar, pero el puente quedó inservible!!! Los estribos quedaron a la vista, los daños eran totalmente visibles. No había paso en ningún sentido.
Gonzáles recibió las novedades con un nudo atenazando su garganta... la atención mundial estaría absolutamente sobre el caso RIASOL, por la vertiente que fuera.
A todas estas, las cámaras en la presa estaban encendidas y mostraron, en vivo, los destrozos causados por los temblores, destrozos que, en realidad, fueron muy pocos... pero todos en el área de la ultima reparación... a primera vista parecía que podría atribuirles a los temblores la rajadura que había causado la alarma pero eso habría que demostrarlo con evidencias que no se habían obtenido todavía.
De la sala de control de la Capital comenzaron a pedir información y a su vez informaron sobre los resultados nacionales de los temblores y por lo que se veía, las consecuencias eran bastante graves.

En la carcelita, los reos, asustados por los temblores, pensaban que era un castigo divino ante su voluntad de suicidarse y rezaban pidiendo perdón... en las calles aledañas los Riasoleños comentaban los hechos y, con el destrozo del puente a la vista, buscaban entre gritos e injurias, volver a la calma culpando a los reos de lo que pasaba.

Como siempre en ocasiones de desastres, los Riasoleños se fueron reuniendo en los alrededores de la Iglesia, allí el Sr. Cura les fue dando consuelo con sus palabras, hablándoles de la necesidad de tener mayor información, de esperar a tener noticias confirmadas. De ir a sus casas a revisar el estado de sus paredes y techos, a dar atención a sus vecinos con calma, sin gritos ni estridencia, a verificar el estado de las bombonas de gas, apagar cocinas, cerrar llaves, revisar por si se había caído algún escaparate y dentro de el había algún miembro de la familia... se constató que no hubo heridos durante los temblores, ni siquiera rasguños.

El único herido del pueblo fue: El Puente!!! 

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