2016/02/13

263577.- Teoría de la Relatividad

CIENCIA | Cien años después de su enunciado
Confirman la teoría de la relatividad de Albert Einstein
Científicos estadounidenses detectaron la primera señal de las ondas gravitacionales.
Roni Gross, de la Universidad Hebrea de Israel, muestra la predicción original de Einstein (AP)

EL UNIVERSAL
jueves 11 de febrero de 2016  12:18 PM
Científicos reconfirmaron la teoría de Albert Einstein, al descubrir la primera señal de ondas gravitacionales, el "sonido del Universo", del cual habló Einstein en 1916.

Justo un siglo después de que Einstein lanzara su teoría, astrofísicos participantes  del Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO) de Estados Unidos, anunciaron que captaron las ondas producidas por el choque de dos huecos negros. En su Teoría General de la Relatividad, Einstein planteaba que algunos objetos convierten parte de su masa en energía y la desprenden en forma de ondas que viajan en la velocidad de la luz.

Según explicaron los científicos, la primera señal la captaron el 14 de septiembre desde los detectores idénticos, situados a 3 mil kilómetros. El comunicado indica que "la fusión sucedió hace 1300 millones de años"  tras el impacto brutal de dos agujeros negros 30 veces más grandes que el Sol. Una parte se desprendió como ondas gravitacionales. Todo este proceso de masa transformándose en energía lo sintetizó Einstein en la teoría más conocida entre los físicos: E = mc2.

El hallazgo será particularmente provechoso en astronomía pues se esperan que ayude a ver objetos que hasta ahora eran invisibles.

Según reseñó Efe, los científicos ofrecieron una multitudinaria conferencia de prensa en Washington para dar sus resultados, y así pusieron fin a meses de rumores y gran expectación entre la comunidad investigadora ante un hallazgo que abre la puerta a redescubrir el Universo, esta vez, sin necesidad de la luz.

"Señoras y señores, hemos detectado las ondas gravitacionales. Lo hemos conseguido", anunció con orgullo el director ejecutivo del laboratorio LIGO, David Reitze, que recibió una gran ovación en una sala abarrotada de científicos y periodistas.

"Hemos tardado meses en ver que realmente eran las ondas gravitacionales. Pero lo que es verdaderamente emocionante es lo que viene después, abrimos una nueva ventana al Universo", añadió.

Las ondas fueron detectadas a las 09.51 GMT del pasado 14 de septiembre por los dos detectores de LIGO, uno localizado en Livingston (Luisiana, EE.UU.) y otro en Hanford (Washington).

Las ondas gravitacionales contienen información sobre sus dramáticos orígenes y sobre la naturaleza de la gravedad que no pueden obtenerse de ninguna otra manera.

Los físicos han concluido que las ondas gravitacionales detectadas se produjeron durante la fracción final de un segundo de la fusión de dos agujeros negros en uno más masivo. Esa colisión de dos agujeros negros había sido predicha pero nunca observada.

Como esa clase de sistemas son poco frecuentes, ese tipo de fuentes se encuentran a distancias de años luz. Por tanto, la búsqueda de ondas gravitacionales implica intentar hallar los minúsculos efectos de algunos de los sistemas astrofísicos más energéticos en las profundidades del Universo.

"Nuestra observación de las ondas gravitacionales cumple con un ambicioso objetivo establecido hace cinco décadas para detectar de manera directa este fenómeno y entender mejor el Universo", explicó Reitze.

"Además, completamos el legado de Einstein en el centenario de su Teoría de la Relatividad General", añadió.

Einstein descubrió en su Teoría de la Relatividad General que los objetos que se mueven en el Universo producen ondulaciones en el espacio-tiempo y que estas se propagan por el espacio. Predecía así las ondas gravitacionales, aunque demostrar de manera directa su existencia era el último reto pendiente de la Relatividad.

Este hallazgo abre una nueva puerta en la astronomía, porque hasta ahora los científicos se han valido de diferentes formas de luz (ondas electromagnéticas) para observar el Universo.

Las ondas gravitacionales transportan información acerca del movimiento de los objetos en el Universo, y se espera que permitan observar la historia del Cosmos hasta instantes remotos.

El gran descubrimiento que supone la detección de estas ondas encierra la promesa de lo desconocido: poder mirar al Universo con un nuevo par de ojos que no dependen de la luz. 

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